16/11/10

La toma del antibiótico y la madre desquiciada

Cuando uno de nuestros locos bajitos se enferma todas las hormonas maternales de la histeria se ponen inmediatamente en acción siendo solamente superadas por la neurosis masculina... porque no sé si será su caso amiga, pero en el caso de la que suscribe, el macho alfa entra en crisis de pánico ante un termómetro que marca 37,7 un miércoles cualquiera a las nueve de la noche.
Automáticamente una censura absolutamente todos los mensajes de la histeria y se dirige hacia su botiquín a buscar el ibuprofeno nuestro de cada fiebre que controle la situación. En eso estoy cuando llega el primer mensaje subliminal: "preparate para mínimo cuatro días de encierro absoluto" beeep mensaje mental censurado, "con caprichos rotundos" beeeep beep censurar, "y con malos humores supremos" beeeep "y fiebres y malestares enemigos." BEEEEEP.
Una vez suministrado el ibuprofeno la situación se encarrila y el macho alfa pregunta: ¿y ahora?... ahora esperamos 24 horas para que surja alguna maldita causa de la nunca bien ponderada fiebre para que el pediatra definitivamente pueda diagnosticar.
Obviamente esas primeras 24 horas son casi las peores, con ibuprofeno cada 6 horas, combinado con paracetamol entre las tomas de ibuprofeno porque la fiebre es superior a 39 grados, con pañitos de agua fria, bañitos tibios y quejas quejas y quejas del pobre pichón afiebrado.
Por fin, llega el día del veredicto pediatrico: Una angina bacteriana con una infección de aquellas que deberían escribirse con mayúsculas. Definitivamente 10 días de antibiótico... OH NO!!! estamos en problemas, la toma de ESE jarabe particular con un gusto tan amargo que chupar un limón ácido es dulce en comparación no es tarea sencilla.
La primera toma pasa, veloz y ligera porque siempre los atrapa distraídos. Pero, luego se complica... entre el primer y segundo día, con dos tomas diarias, uno comienza con los chantajes: te doy un caramelo si lo tomas bien, sin llanto, pataletas y vueltas... pero no funciona... está bien te doy un chocolate, pero tampoco. A cierta edad, el dinero puede funcionar... te pago y te lo tomas... y así continuan pasando los días. La madre deja de ser histerica para pasar a ser una desquiciada que negocia, hace yoga, grita, contiene, salta, fuerza, tolera, vuelve a gritar, a negociar, a chantajear y a recurrir a toda clase de maniobras y malabares para que el pequeño niño se tome la medicina que sacará sus bacterias definitivamente de su cuerpo.
¿Acaso no deberán venir esos malbenditos antibioticos con una semana de spa gratis posterior para las madres desquiciadas por las luchas para lograr la ingesta del líquido amargo por el menor del hogar? Yo creo que sí... y por cierto, un secretito para el final: las amenzas de "o lo tomas o te van a tener que aplicar una inyección ASI de grande" no funciona.

6 comentarios:

deMónicamente dijo...

recuerdo cuando eran pequeños mis hijos y es tal cual lo describis!!!
las jeringas me ayudaban de mucho, porque no hacía equilibrio con la cuchara, que seguro logra que caiga más fuera que dentro de su boquita!!! jajjaajja
paciencia!!! si son un amorrrr los hijosssssssssss!! jaja
que se mejore prontito!!
kisses

Anavril dijo...

Pobrrreee...vos.
Y si los d laboeatorio prueban algun saborizante??? Con tanto avance no puedo creer que no encontraron uno que disimule el sabor. Yo con la mia a puro jeringazo y encomendacion al supremo para que lo que trague sea suficiente.
Fuerza amiiiga!

Guada dijo...

mi amorosa madre decia q si no te timabas el remedio tambien venia inyectable...

madre histérica dijo...

Hola amigas madres...les cuento que ahora estamos con la etapa "cortemos la pastillota y tragate mil pedacitos", pastilla en pure, pastilla disuelta en agua... ooommmm ommmm a ver si el yoga ayuda.

Mariana dijo...

Tal cual! Bue, aca en holanda con 37,7 no pasa nada. Tiene que tener por lo menos 39C dos dias seguidos para que el medico te vea. Sino nada... en su casa Sra no moleste. Ni llamas.
Por suerte mi marido es en realidad el que si fuera por el nunca iria al medico ni consultaria en lo mas minimo.
Ahora, ando con el crio averiado (se le engancho un pie en la rueda de la bici...mientras que la bici estaba en marcha con el padre pedaleando a lo bestia) y esta ca bendado y tirado en el sillon y me tiene re podrida! Cada dos minutos pide algo! Que vuelva a la escueeeela!
QUe se cure su hijo Doña...

Princesa Adora dijo...

Jajajaaj, me hiciste reir tanto, me imagino la situación con mi minino de dos añetes, que por ahora se la banca super, con la jeringuita, la dosis que le corresponde de remedio.
Ya me veo en un par de meses negociando con el caramelo o la patada en el ·$%&%$$%, jajaja!!!