18/6/11

I.
La última vez que conté algo por acá el número 58 se había vuelto la casa del pueblo. Entraban, salían y vuelta a empezar. Y eso me gustó, porque por primera vez en dos años que llevamos viviendo acá, mis vástagos se sentían tan a gusto con los demás pibes como para invitarlos a jugar wii. Al final terminaron desapareciendo 3 discos de video juegos de wii y un control remoto. :s

II. Ese mismo domingo, mientras el güero y yo intentábamos recuperar plantas descuidades y resembrarlas en las macetas gastadas con nuestra tierra super nutrida de todos los desechos orgánicos que vertemos en el compostero desde hace 6 meses, nos enteramos entre charla y charla con los pibes que uno de ellos no estaba llendo a la escuela.

III. Desde el día en que estaba terminando de lavar los platos de la comida ( a eso de las 5, comemos tarde en esta casa) y salí corriendo a la cancha buscando el sonido de los bombos con platillos mis responsabilidades se multiplicaron. Soy la primera que se saca de la manga el refrán de " sarna con gusto no pica" y es así, no me pica. Me llena de vida pero al mismo tiempo me desgasta. Lleva mucho sin trabajar con jóvenes de veinte y pico, y les puedo decir que los 34 recién cumplidos ahora sí se notan, no por la cantidad de canas (esas las traigo cargando desde los 30) sino por las vivencias de ellos yuxtapuestas con las mías.  Joder que estoy vieja... en mis tiempos no era así la cosa (juajuaja)

IV. Hay cosas en la vida que nunca voy a terminar de entender y menos aguantar. La hipocresía es últimamente el detonante de todos mis ataques de ira. El barrio tan humilde pero unido, humilde pero abierto, humilde pero luchón, humilde pero participativo es humilde pero resentido, envidioso, cerrado y por sobre todo HIPÓCRITA.
Todo el trabajo de una murga, entre que es algo nuevo y son todos jóvenes, se traduce en la cerrazon de los adultos que se quejan de que los pibes no hacen nada pero tampoco los dejan hacer nada.

V. Una madrehistérica es siempre de todo un poco. La docencia nunca fue mi mejor fuerte, porque la paciencia no es mi mayor virtud y porque el sistema educativo me resulta aburrido y poco efectivo. Sin embargo descubrí que soy  muy dinámica y efectiva dándole clase al  vecinito de 11 años que no va a la escuela pública. (Una cosa es hacer la tareas con los enanos, otra muy distinta es dar clase). Un caso de esos que por desgracia abundan, con padre asesinado, una madre perdida en su dolor o totalmente estúpida que deja al niño con los abuelos que hacen lo que pueden sin complicarse la vida, y el pibe solo sin hacer nada, sin nadie que contenga, sostenga o guie. Asi que sin intención de ocupar roles que no me corresponden, estoy de maestra de quinto particular.
Fue el día de la madre el 10 de mayo, y el pibe llegó con un cartel que decía Feliz Día. Sin palabras

VI. La maternidad tiene muchas facetas y no siempre es tan idilica, ni se puede hacer como una quisiera. Pero en la murguita hay cada caso que asusta. Eso sí, sé que hay casos mucho peores, pero no deja arrugarse el coure.