He conversado con varias mujeres embarazadas estos días. No sé por qué razón me rondan estas féminas de abultados vientres y tetas que están a punto de explotar de tanto elixir contenido.
Con ellas he platicado a calzón quitado de su próxima maternidad al 100%. Y es que si bien desde el momento en que los sweet baby empiezan a crecer dentro nuestro, somos ya incorporadas a la clase materna, aún podemos seguir con nuestras autónomas vidas sin mayores problemas. Vamos y venimos, subimos y bajamos (bueh...en realidad esto no es taan así . Vamos y venimos mucho mucho más lento de lo que lo hacíamos previo a ser locación del sweet baby y bajar, sí bajamos, pero subir lo hacemos por ascensor y especialmente subimos de peso, de cadera, de celulitis, etc). A fin de cuentas, acarreamos al baby dentro nuestro pa´donde se nos ocurra.
En este momento es crucial ponerlas al tanto del cambio radical que sufrirán. Pero hay algo que he notado en cada charla, en cada intento de iluminarlas. Es la negación. Negación total y absoluta de reconocer lo inevitable, de asumir el cambio y de prepararse para tal evento.
Los sweet baby, con sus grandes ojos, sus boquitas pequeñas, sus manitas diminutas crean un efecto que pacha mama ha cuidado con recelo desde que puso la primera especie mamífera en esta tierra. Una característica que nos une a nuestras congéneres de otras especies. Nos activan una hormona (oxcitocina) que permite fluir el instinto del cuidado, la dedicación y la producción del elixir que sostendrá la vida de nuestras crías.... Y además nos hace negar la realidad de nuestra próxima, incipiente y perpetua histeria.
Algunas primerizas me han tachado de mala onda, de envidiosa y rencorosa. Y yo, por mis adentros sólo muevo la cabeza de un lado al otro ante lo incomprendido de mi mensaje. No es por tirar abajo esas nueve lunas que nos acompañan, ni por desprestigiar la magia de la llegada del pequeño vástago. Ni echar por tierra la diosa sexual que en algunas genera el simple hecho de estar gestando vida. No, no, no. Es simplemente el intento por prepararlas para esta nueva etapa en la que, de la noche a la mañana, ya no podés ir al baño por más de dos minutos seguidos sin escuchar el llanto del neonato, en la que tus tetas al doble de su tamaño duelen con singular sensibilidad ante el roce de cualquier tela, o los pezones agrietados, o los puntos de la episiotomía, o las horas de desvelo, o las salidas cargadas de cuatrocientas mil enseres innecesarios en el porta bebe, o la presión por bañar a tu baby cómo tu quieres y no como dice la suegra!!!
Las primerizas son fáciles de reconocer. Ante todo niegan con vehemencia la posibilidad de volverse histéricas. Y el resultado es que un año mas tarde o antes, descubren con dolor que no todo en la maternidad es color de rosa. Y es tanta la depresión que se olvidan que tanta histeria, tanta batalla, tanto sacrificio tiene la mejor de las recompensas cuando los vástagos nos miran, sonríen y llaman mamá.
Por eso creo que si todas reconciéramos que desde el principio somos madres e histéricas la vida materna, el rol, el trabajo, la concepción de esta otra faceta en la vida de las mujeres es así desde el inicio, lograríamos reírnos más de nosotras mismas y nuestras propias expectativas. Y por sobre todo seríamos más concientes de lo que en verdad podemos esperar de este rol.
Porque de chica superpoderosa, que todo lo puede, yo no tengo ni una pizca. ¿Y vos?
10 comentarios:
Una de las cosas que más me gusta de tus post, es que me dan letra para escribir los míos.
Si es que existen los fans de tu blog, pues aquí tienes uno!
Ahora, es difícil ser mujer, eh?
Saludos jejej O:-D :8)
Quedé asombrado del significado de padre y madre que se le dá en
México. Que sociedad perversa!
Huye pronto de ahí!
jejejeje :-D
No sé qué puedan opinar otros, yo creo que el embarazo es una de las etapas más lindas de la mujer, aún con ese coctel hormonal que traen por dentro, aún con las manchas de paño, aún con la incontinencia, aún con los achaques y quejas frecuentes, aún con las crisis y los reproches, aún con todo lo negativo que pudiera tener (para ambos), creo yo que las mujeres son bellisimas en esos momentos.
A mi me dan mucha ternura las mujeres embarazadas y si bien es cierto, se vuelven histéricas cuando llega a la vida el retoño, creo yo que ellas también florecen y se vuelven más bellas aún.
Gracias, Leo, por lo que me toca... es herencia cultural y chilanga (te lo dice un chilango de pedigree).
Leo!!! ai nene pará que me pongo colorada cheeee!!!!
Gracias!!
Juliuss, tenés toda la razón. Las mujeres cuando estamos embarazadas somos requete bonitaa.
Y lo que más me gusta de los embarazos de hoy en día, es que podemos incluso ser sexys, no perder esa sensualidad por el sólo hecho de estar embarazada.
Así que yo siempre recomiendo a las primerisas que ahorren tantito y se den el gusto de sacarse fotos lindas con su panza.
Un maravilloso y gran aplauso para este post de Madre!!!
Tengo una compañera de escuela que debe tener 16 o 17 años y está embarazada. Buscó estar embarazada porque así el novio se quedaria con ella (¿Necesito decir que el novio desapareció y todavía no aparece con ella y sus 4 meses de pancita?)
La cuestión es que ella siempre está hablando de las cosas que va a hacer, las que va a permitir, del qué haría si su hijo se comporta de tal manera en el supermercado y de que después de tener a su hijo ella va a tener una vida normal "Pero con un bebé al cual amar y el cual la ame".
Yo la veo dentro de un año saliendo a bailar con sus amigas, tal vez con un novio nuevo que cuando sepa del regalito que tiene en casa se fuga también. ¿Sabés a quién me imagino hiper histérica?
A la abuela.
Pienso que la negación es lo que permita que la raza humana no se extinga, ¿te imaginas si supieras a ciencia cierta, todo lo que va a cambiar tu vida, antes de tenerlos?
Sacando, el gran amor que uno siente por sus hijos, creo que muchas no los tendríamos.
¿Nunca te pasó esconderte en tu propia casa, para que no te encuentren? Ellos gritan "mamá, mamá, mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa" y uno se queda calladita, para que no te encuentren. Lamentablemente es cuestión de tiempo, pues las casas no son infinitas. jajajajajaja
Los crios son preciosos, sobre todo cuando duermen, jajajajjaj
Saludos
Creo que si uno lo piensa profundamente no se casa ni tiene hijos. La vida es mas facil, uno tiene tiempo para todo.
Yo estoy pensando en tener hijos ahora, que tengo recien 35. Antes no se me ocurria porque todos los hombres que conocia eran mamertos con mentalidad de chicos de 5 años. Pero ahora tengo un HOMBRE MADURO al lado (maduro no porque se caiga a pedazos sino por lo mental, porque tiene la misma edad que yo) y lo empece a pensar.
Pero si sigo leyendo este blog, mierda que me voy a decidir!
hola Cynthia!!! Bienvenida al blog!!!
Mirá Cynthia, vos seguí leyendo y para cuando tengas a tu baby ya vas a saber cómo viene la mano.
jajja
saludos
Eugenia, yo creo que por mas que uno intente hacerle ver a las futuras madres el destino que les espera, eso no es posible. Eso solo lo entiendes cuando lo has vivido y cuando lo estas viviendo... no todo es color de rosa, los bebes no son como en los comerciales de Johnson & Johnson, o en los de pañales Huggies, siempre sonrientes y felices, y que si depronto se les escapa una lagrimita no es sino hacerles un masajito con su aciete o cambiales el pañalito, y listo, todos a reir en familia otra vez. NOOOO! Tiene sus cosas hermosas claro, eso no se lo quita nadie, pero la cruda realidad es que son dificiles de entender, y uno no siempre sabe como solucionar tanto lio que surge al mismo tiempo!
¡Bravo!
¡Cuánta verdad condensada en tu post!
Yo no sé si es negación o fingimiento, porque cuando hablas con ellas dos semanas después de haber parido, la mayoría sólo sabe repetir "muy bien, todo muy bien". O, como mucho, "un poco cansada, pero todo muy bien". ¿Un poco? ¿Sólo un poco? No se puede estar "un poco" cansada después de dos semanas con los pezones en carne viva y sin dormir más de hora y media seguida.
Pero la maternidad está tan idealizada que la gente actúa como si fuera de mal gusto reconocer la verdad.
Y la verdad es que una se deja la piel en ello. Aunque valga la pena. Tal vez sea precisamente por eso que vale la pena.
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